La cocina es uno de los espacios más importantes del hogar, ya que en ella se preparan los alimentos, a la vez que se pueden comer allí mismo. Pero también puede poseer otras funciones como la de lavadero. Es por eso que lo primero a tener en cuenta antes de comenzar con la decoración, es cuales son las actividades que se realizan en la cocina.
De esta forma, la zona para cocinar debe contener tres partes, la primera de ellas dedicada a la preparación, y las otras dos destinadas a la cocina y el lavado,. Todas se deben ubicar cerca, y estar bien comunicadas. Además se debe dejar una zona de circulación, que estará libre de estorbos, y en caso de que tengamos el lavadero dentro de la cocina, hay que ubicarlo donde estén las tuberías en primer lugar, y luego distribuir el resto de las zonas.
Es importante que los sectores dedicados a los alimentos estén bien juntos para que requieran la menor cantidad de desplazamientos posible. También debemos considerar para la circulación, el espacio que ocupan las puertas de los electrodomésticos, como la nevera, el horno, el microondas, etc. Todo esto facilitará mucho los movimientos dentro de la cocina.
Una vez localizadas las zonas de trabajo, hay que escoger los materiales para la decoración de las cocinas. Los azulejos, cerámicas, acero inoxidable, son ideales para el recubrimiento de las paredes, debido a que son impermeables, fáciles de limpiar y resistentes al calor y los vapores.
Para la mesada, en tanto se necesita materiales resistentes a la temperatura, a los golpes y sobre todo que sean fáciles del limpiar. Sin duda los mejores son los de acero inoxidable, o el granito. Después tenemos los azulejos y las cerámicas que no resisten adecuadamente el calor y los golpes. La madera dura es un material resistente al calor y los golpes, pero en cambio, acumula bacterias y es atacado por la humedad.