Bajo el lema «Forjando la transformación hacia la sostenibilidad», la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha presentado su informe anual, que analiza en detalle el panorama de la industria fotovoltaica tanto en España como a nivel global. Según el informe, en 2023, la energía solar fotovoltaica representó el 75 % de la nueva capacidad renovable instalada y el 60 % de la generación total de energías renovables. Además, su contribución fue clave para evitar la emisión de 1.399 millones de toneladas de CO2 a nivel mundial, manteniendo los mismos niveles de reducción registrados el año anterior.
En este contexto, la transición hacia energías renovables ha marcado un cambio significativo en el sector de las instalaciones eléctricas. En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad, la energía fotovoltaica ha surgido como una solución innovadora y eficiente para cubrir las necesidades energéticas del presente y futuro. Esta transformación no sólo ha impulsado la adopción de nuevas tecnologías, sino que también ha exigido una actualización constante por parte de los instaladores y empresas del sector.
En el proceso de evolución de las instalaciones eléctricas y solares fotovoltaicas, los profesionales han enfrentado el desafío de capacitarse en sistemas mucho más avanzados. Las instalaciones eléctricas convencionales, que se basaban principalmente en el suministro desde la red, ahora conviven con soluciones solares que integran paneles, inversores y baterías. Este cambio no solo implica conocimientos técnicos más complejos, sino también una comprensión de conceptos relacionados con eficiencia energética, sostenibilidad y optimización de recursos.
Muchas empresas del sector han optado por ofrecer ambas opciones de instalación, manteniéndose vigentes en un mercado en constante transformación. Así, los equipos de trabajo combinan su experiencia en sistemas eléctricos tradicionales con las demandas de los paneles solares, lo que les permite brindar un servicio integral. Además, esta dualidad refleja el interés de las compañías por adaptarse a las necesidades de los clientes, quienes buscan cada vez más soluciones que reduzcan su dependencia de combustibles fósiles y disminuyan su impacto ambiental.
El uso de energía solar también trae consigo beneficios significativos. Por un lado, los hogares y empresas que optan por esta tecnología experimentan una reducción en sus costos energéticos a largo plazo. Por otro lado, contribuyen directamente a la disminución de emisiones de carbono, favoreciendo la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la instalación de estos sistemas requiere un diseño meticuloso y una correcta implementación, lo que subraya la importancia de contar con instaladores capacitados y actualizados.
En este contexto, la formación profesional se ha convertido en un pilar fundamental para el éxito de la transición energética. Los instaladores no solo aprenden a trabajar los equipos, sino que también adquieren habilidades en monitoreo de sistemas, detección de fallas y asesoramiento técnico. Esto garantiza que los proyectos sean seguros, eficientes y cumplan con las expectativas de los clientes.
“No solo es necesario ser un profesional certificado, sino también visionarios que buscan transformar la forma en que el mundo percibe y utiliza la energía”, comentan en Bytess.
A nivel empresarial, el crecimiento del sector ha impulsado la colaboración entre industrias. España se ha destacado como el segundo mercado más importante de Europa, con la instalación de 8,8 GWdc en 2023. Fabricantes, distribuidores y empresas de instalación trabajan de manera conjunta para desarrollar soluciones cada vez más accesibles y tecnológicamente avanzadas. Esto ha fomentado una dinámica de innovación constante, que beneficia tanto a los profesionales del sector como a los usuarios finales.
La evolución de las instalaciones eléctricas hacia sistemas fotovoltaicos representa un avance crucial en la búsqueda de un modelo energético más sostenible y eficiente. Este cambio no solo exige adaptabilidad y aprendizaje continuo por parte de los instaladores, sino que también resalta el compromiso del sector por ofrecer soluciones que impacten positivamente en el medio ambiente. Adoptar estas tecnologías no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también demuestra que el camino hacia un futuro más limpio y responsable ya está en marcha.