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Moscú quiere comprar tapices antiguos españoles para decorar los palacios

Las autoridades de Moscú se proponen comprar en España cuatro tapices de los siglos XVII-XVIII para decorar los interiores de los palacios capitalinos de Tsarítsino.

Con este fin ha sido creado un grupo de expertos, encabezado por el jefe del departamento moscovita de Cultura, Serguéi Judiakov.

En 2008 Moscú ya compró en España gobelinos por valor de 23 millones de rublos (aproximadamente 700.000 euros) para decorar el museo de Tsarítsino, levantado de las ruinas hace dos años.

El conjunto palaciego Tsarítsino (de la Zarina, en ruso) empezó a construirse durante el reinado de la emperatriz rusa Catalina la Grande.

En 1775 Catalina adquirió la finca «Lodo Negro» e inició la construcción de lo que debería ser su principal residencia en la antigua capital y ensalzar a la vez la victoria en la guerra contra Turquía en 1774.

La idea de erigir en los alrededores de Moscú una nueva residencia, según los historiadores, perteneció al filósofo francés Denis Diderot, quien visitó Rusia en 1773 invitado por Catalina la Grande.

Diderot también aconsejó a la emperatriz rusa que el conjunto palaciego de Moscú fuera erigido en el más sublime estilo ruso y rodeado por un parque inglés, a diferencia de los palacios europeos de San Petersburgo, rodeados de bellos jardines franceses de moda por aquella época que marcó el Siglo de Oro del Imperio Ruso.

Dos grandes arquitectos rusos, Vasili Bazhénov, y Matvéi Kazakov, participaron en su construcción, pero tanto uno como luego el otro no consiguieron agradar a la emperatriz, que al final dejó inacabadas las obras, que con los años fueron convirtiéndose en las ruinas más pintorescas de la capital rusa.

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Éstas sirvieron de inspiración para que continuase la creación del parque de 650 hectáreas en torno a todo un collar de lagos artificiales.

La parte principal de la red de alamedas y caminos, junto con los lagos, se conservaron tal y como los había diseñado su autor, el inglés Francis Reed.

A fines de siglo las actuales autoridades moscovitas apostaron por terminar la obra inacabada de Catalina la Grande y los edificios inacabados del conjunto palaciego, erigido de 1775 a 1796, fueron terminados entre 2005 y 2007.

Junto con los edificios, fue restaurado el gran parque de Tsarítsino.

Los arqueólogos tuvieron que trabajar veinte años desentrañar los secretos del único parque inglés de Rusia, creado por uno de los mejores maestros de este arte casi olvidado.